Al igual que en el ámbito sanitario, la protección radiológica veterinaria consiste en un conjunto de prácticas y protocolos destinados a garantizar la seguridad del personal, los animales y el medio ambiente durante el uso de radiaciones ionizantes con fines diagnósticos y terapéuticos.
En este artículo ofrecemos una visión general del tema, centrándonos en los elementos que deben tenerse en cuenta.
Protección radiológica veterinaria: definición de los riesgos
Los riesgos derivados del uso de instrumentación radiológica surgen principalmente de una exposición excesiva a la radiación, que podría causar daños biológicos tanto en los animales como en el personal implicado.
Entre los principales riesgos se encuentra la posibilidad de desarrollar daños tisulares por exposiciones prolongadas o elevadas a radiaciones ionizantes. Estos daños pueden afectar a la salud de los animales, comprometiendo su bienestar y la calidad de la atención veterinaria.
Además, existe el riesgo de contaminación radiactiva del entorno como consecuencia de accidentes o de una gestión inadecuada de las fuentes radiactivas utilizadas.
En el contexto de una clínica veterinaria, la protección radiológica consiste en comprender y mitigar estos riesgos.
En Italia, la seguridad radiológica en las clínicas veterinarias está regulada por varias normativas: entre ellas se encuentran el Decreto Legislativo 101/2020 y el Decreto Legislativo 187/2000.

Técnicas de imagen y protección radiológica
Las técnicas de imagen utilizadas en el diagnóstico veterinario, como la radiografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) -basadas en radiaciones ionizantes- son esenciales para la evaluación y el diagnóstico de las afecciones médicas de los animales.
Por ello, las clínicas veterinarias deben tomar las medidas adecuadas para minimizar la exposición a las radiaciones. A continuación examinamos las principales:
- Utilización de blindajes adecuados para reducir las fugas de radiación (por ejemplo, pantallas con plomo);
- Colocación adecuada de los animales durante el examen para obtener imágenes de calidad con una dosis mínima de radiación
- Uso de dispositivos de dosimetría para controlar la exposición del personal;
- Formación en el uso seguro de equipos radiológicos, protocolos óptimos de obtención de imágenes y prácticas de protección radiológica.
Del mismo modo, es fundamental implantar un sistema seguro de gestión de la radiación.
Gestión de residuos radiológicos: recogida, eliminación y control
La gestión de residuos radiológicos se refiere a la eliminación de materiales contaminados por actividades radiológicas, como guantes, ropa protectora, equipos y muestras biológicas.
Los residuos deben recogerse en contenedores específicos y debidamente marcados, separándolos cuidadosamente según su nivel de radiactividad y sus características físicas y químicas.
La eliminación se gestionará de acuerdo con la normativa aplicable y se confiará a empresas especializadas autorizadas. Estas empresas adoptan procedimientos seguros para transportar y procesar los residuos, garantizando la protección del medio ambiente y la salud humana.
La vigilancia del medio ambiente, por su parte, permite evaluar el impacto de los residuos radiológicos en el medio ambiente circundante midiendo los niveles de radiación en el aire, el suelo y las aguas superficiales, así como evaluando la presencia de radionucleidos en el medio ambiente.
En este escenario, las clínicas veterinarias están obligadas a cooperar con las autoridades competentes para garantizar una gestión segura y responsable de los residuos radiológicos, minimizando el riesgo de contaminación y protegiendo la salud pública y el ecosistema.
El papel del experto en protección radiológica
Como es de suponer, el Experto en Protección Radiológica (EDR) desempeña un papel clave en la coordinación de diversas actividades: es responsable de garantizar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de seguridad radiológica y de adoptar las mejores prácticas para proteger al personal, los animales y el medio ambiente de las radiaciones ionizantes.
El EDR trabaja con el personal veterinario para planificar y aplicar protocolos de seguridad durante el uso de equipos radiológicos. Es responsable de la calibración y el mantenimiento de los dispositivos radiológicos, así como de la gestión adecuada de los residuos. También proporciona formación e información sobre prácticas seguras en el uso de la radiación y participa en la evaluación de los riesgos radiológicos específicos de la instalación veterinaria.
Gracias a su contribución, se garantiza un entorno de trabajo seguro y se minimiza la exposición a la radiación en el entorno clínico veterinario.
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