La comunicación entre los empleados de una empresa es importante en todos los aspectos, y esto también se aplica a la protección radiológica: una comunicación clara y transparente permite informar al personal sobre los riesgos asociados a la radiación, promoviendo un comportamiento seguro y de precaución.
En todo ello, el Experto en Protección Radiológica (EDR) desempeña el papel de interpretar y transmitir de forma comprensible las normas y directrices relacionadas con la seguridad radiológica, actuando como elemento indispensable de un lugar de trabajo seguro.
En este artículo veremos cómo.
Comunicación eficaz: informar sobre las radiaciones y los riesgos asociados
En contextos en los que se utiliza tecnología de radiación ionizante, el grado de seguridad está inextricablemente ligado a la calidad de la comunicación, cuyo objetivo es educar al personal sobre los peligros potenciales de la radiación ionizante y cómo minimizar la exposición.
Mediante una comunicación precisa y transparente, el personal puede
- Familiarizarse con los procedimientos de seguridad, el equipo de protección personal y las medidas de emergencia que deben adoptarse en caso de exposición;
- Comprender los límites de dosis admisibles y la normativa vigente en materia de seguridad radiológica;
- Contribuir a un entorno de trabajo seguro y protegido.
El objetivo final es promover una cultura de seguridad radiológica en la empresa, en la que el personal sea consciente de los riesgos y de las medidas preventivas necesarias.
¿Cómo encaja la RDE en este mecanismo?
El papel del experto en protección radiológica (EDR)
El Experto en Protección Radiológica (EDR) desempeña un papel crucial. Gracias a su conocimiento especializado de la normativa y los procedimientos de seguridad radiológica, el EDR puede diseñar e impartir programas de formación específicos adaptados a las necesidades concretas de la empresa y del personal implicado.
En concreto, el EDR es responsable de:
- Proporcionar una visión global de las radiaciones ionizantes, los riesgos asociados y las medidas de protección necesarias. Esto incluye la explicación de las normas de seguridad radiológica, los límites de dosis permitidos y los procedimientos de emergencia que deben seguirse en caso de exposición;
- Organizar sesiones prácticas y de demostración para ilustrar el uso correcto de los equipos de protección individual y los sistemas de control de las radiaciones. Estas actividades permiten al personal familiarizarse con las herramientas y los procedimientos necesarios para protegerse de los efectos nocivos de las radiaciones;
- Difundir información actualizada sobre los últimos descubrimientos científicos y las mejores prácticas en materia de seguridad radiológica. Esto garantiza que el personal esté siempre al día de los avances en materia de protección contra las radiaciones y pueda adaptar sus prácticas de trabajo en consecuencia.
Por lo tanto, vemos cómo el EDR desempeña un papel clave a la hora de garantizar que el personal esté debidamente formado e informado, teniendo en cuenta también las peculiaridades de los distintos departamentos y tareas implicados.
Adaptar la comunicación a los distintos departamentos y funciones
Uno de los aspectos más complejos del trabajo de EDR se refiere a la necesidad de adaptar la comunicación a los distintos departamentos y funciones de una empresa. Cada sector puede estar expuesto a riesgos radiológicos de formas distintas, por lo que es esencial adaptar el mensaje a las necesidades y responsabilidades específicas de cada departamento.
Por ejemplo, el personal de mantenimiento puede participar en la instalación y el mantenimiento de equipos radiológicos, por lo que debe recibir instrucciones detalladas sobre cómo manejar dichos equipos de forma segura y cómo notificar cualquier anomalía.
Por el contrario, es posible que los empleados administrativos no tengan ningún contacto directo con la radiación, pero aun así podrían beneficiarse de una formación general sobre seguridad radiológica para comprender los riesgos potenciales y los procedimientos a seguir en caso de emergencia.
Además, el nivel de comprensión técnica puede variar entre los distintos puestos de la empresa, por lo que es importante adaptar el lenguaje y el contenido de las comunicaciones para que sean accesibles a todos. Esto puede significar utilizar términos menos técnicos para el personal no especializado y proporcionar detalles más profundos para quienes trabajan directamente con equipos radiológicos.
Formación continua: mantener al personal informado y actualizado
Hay que recordar que la relación entre la empresa y EDR no puede quedar relegada a una colaboración puntual, sino que, por el contrario, en un entorno en el que las tecnologías y la normativa pueden evolucionar rápidamente, es crucial que los empleados reciban periódicamente formación de actualización para mantenerse al día de los últimos conocimientos y procedimientos.
Estos programas de formación pueden abarcar una amplia gama de temas, como las nuevas tecnologías, la normativa actualizada, los procedimientos normalizados de trabajo y las mejores prácticas para reducir la exposición a las radiaciones. Pueden impartirse en diversos formatos, como sesiones de formación en aula, cursos en línea o sesiones prácticas sobre el terreno.
Además, la formación continua puede ayudar a identificar y abordar cualquier laguna en los conocimientos o las prácticas de seguridad, permitiendo a la empresa mejorar continuamente sus políticas y procedimientos para garantizar un entorno de trabajo seguro y protegido.
Requisitos básicos
La gestión de la comunicación sobre seguridad radiológica es una actividad compleja y variada, que requiere una experiencia vertical combinada con el conocimiento de las peculiaridades de cada lugar de trabajo. En este escenario, la colaboración con un EDR es sencillamente indispensable.
Además de poseer conocimientos especializados sobre las radiaciones y la normativa conexa, lo que permite comprender a fondo los riesgos y las mejores prácticas, confiere credibilidad y autoridad a los programas de seguridad, fomentando la implicación y la participación del personal.
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