El control radiométrico tiene como objetivo medir la radiactividad de un material o de un ambiente.
En el contexto de una empresa, es un procedimiento que garantiza la seguridad de las personas y del medio ambiente frente a las radiaciones ionizantes, comprobando que los niveles de radiactividad se encuentran siempre dentro de los límites prescritos en relación con las características del entorno.
En este artículo analizamos los aspectos prácticos de este procedimiento.
Objetivos del control radiométrico en la explotación
La vigilancia radiométrica implica la medición de las radiaciones presentes en las áreas de trabajo, la detección y el seguimiento de las fuentes radiactivas utilizadas dentro de la empresa. De esta manera, se pueden aplicar medidas preventivas para reducir la exposición al mínimo razonablemente posible.
Los datos recopilados también permiten identificar posibles infracciones o irregularidades en el cumplimiento de las normas de seguridad y tomar las medidas correctivas adecuadas.
Por lo tanto, debemos pensar en un concepto de «control» entendido como monitoreo continuo, que debe ser realizado por expertos capaces de adaptar los procedimientos de vigilancia a las peculiaridades de las actividades realizadas.
Planificación y organización de los controles radiométricos
Un enfoque estratégico para la planificación de los controles radiométricos implica la definición de una frecuencia recomendada y una periodicidad de las verificaciones para controlar la exposición a las radiaciones ionizantes.
La frecuencia recomendada de los controles depende de varios factores, entre ellos el tipo de actividad, la cantidad y el tipo de sustancias radiactivas implicadas y el riesgo asociado.
Las actividades de alto riesgo, como el uso de fuentes radiactivas de alta actividad, requieren controles más frecuentes que las actividades de bajo riesgo.
Del mismo modo, actividades como la calibración de instrumentos de medición de radiación o la verificación de equipos de protección individual requieren verificaciones frecuentes.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta las normas y directrices nacionales e internacionales para determinar la frecuencia adecuada.

Vigilancia radiométrica y cumplimiento de la normativa
El control radiométrico está regulado por una serie de leyes y directivas que tienen como objetivo garantizar la seguridad y la protección contra las radiaciones ionizantes.
A nivel internacional, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) establece directrices y normas reconocidas internacionalmente para la seguridad radiológica. Estos incluyen el Código de Prácticas de Protección contra la Radiación, que proporciona orientación sobre el control de las fuentes de radiación y la exposición de las personas.
A nivel nacional, cada país tiene sus propias leyes y regulaciones que regulan el control radiométrico. En Italia, las normas relativas a la vigilancia radiométrica están reguladas principalmente por la legislación nacional y los requisitos establecidos por la Agencia para la Protección del Medio Ambiente y los Servicios Técnicos (APAT), que es la entidad gubernamental responsable de la regulación de las radiaciones ionizantes.
La principal legislación italiana que regula la vigilancia radiométrica es el Decreto Legislativo 187/2000, conocido como el Testo Unico sobre la Seguridad en el Trabajo. Este decreto establece las normas generales para la protección de la salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos derivados de los campos electromagnéticos y de las radiaciones ionizantes, incluida la vigilancia radiométrica.
Profesionales del control radiométrico: los expertos en protección contra las radiaciones
Los profesionales encargados de organizar y realizar el control radiométrico se denominan expertos en protección contra las radiaciones y deben poseer una serie de competencias específicas.
En primer lugar, el conocimiento de las normas y directivas que regulan el sector de las radiaciones ionizantes, esencial para garantizar el cumplimiento de las leyes en materia de seguridad radiológica y adoptar las medidas de protección adecuadas.
Los DPE también deben tener una sólida comprensión de los principios y prácticas de la protección contra las radiaciones: esto incluye el conocimiento de los conceptos de dosis, los efectos de las radiaciones sobre la salud y las técnicas de medición y detección de radiaciones.

Una competencia clave es la habilidad para utilizar instrumentos de medición de radiación, como los dosímetros personales, los dosímetros ambientales y los contadores Geiger. Los operarios deben saber cómo calibrar correctamente los radiadores, cómo utilizarlos de forma adecuada y cómo interpretar los datos recogidos para evaluar la exposición a las radiaciones.
Además de las competencias técnicas, es importante la capacidad de comunicarse con el personal de la empresa y trabajar en equipo: la mejor manera de garantizar la seguridad y el cumplimiento de las normas es a través de la sinergia entre las diferentes personas involucradas.
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